domingo, 15 de abril de 2012

La Brújula interior


“Un buen libro no es sólo un libro. No sólo son datos, información o conocimiento. Es sabiduría y es vida. Es mucha vida. Es abrir la ventana del intelecto y del corazón. Es sentir, pensar, reír, llorar…vivir.”
Con esta introducción Álex Rovira Celma encabeza al final de su libro La brújula interior, una lista de libros que según él, son “un remedio ideal, no agresivo y a menudo homeopático en momentos de tristeza, despiste, desasosiego, o simplemente de felicidad inquieta a la búsqueda de respuestas.” Él no pudo poner su propio libro en esa lista,  quizás porque quedaría soberbio o redundante, pero La brújula interior tiene los méritos necesarios para merecer un lugar en ella. Es imposible reducir un libro como este en un breve resumen porque cada una de sus páginas esta pensada para dejar una enseñanza. Este libro consta de 25 cartas dirigidas a un misterioso y evasivo jefe, pero en realidad son más dirigidas a él y a nosotros mismos.  En cada una nos platea una profunda reflexión sobre:
·         la falta de satisfacción laboral o personal,
·         el miedo al cambio, aunque sea una situación que no nos satisface,
·         la frustración por no vivir la vida que siempre deseamos
·         los talentos ocultos que poseemos sin saberlo
·         las oportunidades que nos presenta la vida y que dejamos pasar si no las sabemos descubrir
·         los paradigmas mentales que nos condicionan y no nos permiten desarrollar todo nuestro potencial
La brújula interior nos brinda la oportunidad de descubrir nuestros deseos latentes, como podemos iniciar los primeros pasos para cambiar de rumbo y alcanzar nuestras metas. Es un camino que sin duda vale la pena recorrer. Hasta la próxima. 

domingo, 1 de abril de 2012

EDICION ANIVERSARIO Contra las cuerdas o con tres cuerdas

El 27 de Marzo de 2012 me llegó un mail sobre el tercer concurso de trabajos de investigación sobre el desarrollo económico de la ciudad. El año pasado también me llegó, pero estaba muy ocupada con los preparativos de mi casamiento para poder dedicarle el tiempo y la atención que requiere un trabajo de investigación de esa magnitud. Este año me propuse participar, así que me descargué los trabajos ganadores del 2010 y 2011 para saber que temas ya se trataron y cual era la estructura mas adecuada para el trabajo.
Creo que sólo con darles un vistazo se me fue el alma al piso y quise abandonar el proyecto incluso antes de empezarlo. “No sé nada de economía, no tengo ninguna chance” fue lo primero que pensé al leer los anteriores trabajos ganadores. No sé porque extraño motivo, aún así tenía ganas de participar, aunque mis dudas seguían conmigo.
A veces es curioso como suceden algunas cosas. Estaba inmersa en mis cavilaciones cuando tomé un libro que tenía debajo de mi escritorio. El libro se llama Nietzsche para estresados, de Allan Percy. Lo abrí al azar, sin buscar nada en particular (cada página tiene una cita) y la página que encontré decía así:
“Nuestras carencias son nuestros mejores maestros, pero siempre mostramos ingratitud hacia los buenos maestros.” Esta cita estaba ilustrada con la historia del violinista israelí Itzhak Perlman.


Después de esto no creo que pueda poner objeciones. Voy a hacer el trabajo dando mi mejor esfuerzo, y me voy a concentrar el lo que pueda aprender en el camino, y no sólo en llegar a la meta. Hasta la próxima.

  Calvin & Hobbes es del genial Bill Watterson

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